Cómo estimular a nuestro bebé en casa

La Atención Temprana es el conjunto de intervenciones, dirigidas a la población infantil de 0 – 6 años, a la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta, lo más pronto posible, a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños con trastornos en su desarrollo o que tienen riesgo de padecerlos. Estas intervenciones, que deben considerar la globalidad del niño, han de ser planificadas por un equipo de profesionales de orientación interdisciplinar o transdisciplinar”. (Libro Blanco de la Atención Temprana, 2000)

La estimulación motora podría definirse como el desarrollo del movimiento, que éste a su vez se divide en: motor grueso y motor fino. Su desarrollo va estrechamente ligado con las leyes Céfalo-Caudal, ley que establece la organización de las respuestas motrices de cabeza a pies (orden descendente), y Próximo-Distal, ley que establece las respuestas motrices desde la parte más próxima al eje corporal a las partes más alejadas (orden de dentro hacia fuera). Es decir, el desarrollo del motor grueso es el que da paso al desarrollo del motor fino.

La estimulación temprana consiste en alimentar y alentar las capacidades innatas del bebé y de los niñ@s para aprender con facilidad, teniendo en cuenta los diferentes estadíos sensitivos y cognitivos. Es toda aquella actividad de contacto o juego con el bebé o niñ@ que propicie, fortalezca y desarrolle adecuadamente sus potenciales humanos.

Después de describir brevemente en qué consiste la estimulación temprana pasamos a desarrollar diferentes juegos y actividades que podemos llevar a cabo desde casa para favorecer a su desarrollo:

  • Acueste al bebé en diferentes posiciones.
  • Coger al bebé en brazos para favorecer el vínculo de apego y además mézalo suavemente.
  • Poner al niñ@ de espaldas y cogerlo por las manitas, suave y lentamente tire hacia arriba hasta sentarlo, después repetimos hacia abajo.
  • Poner tu dedo entre su manita para que lo apriete, si lo hace, incite a hacerlo.
  • Cuando lo alimente, pecho o biberón, colocar bien la tetina o el pezón para que aprenda a chupar de manera adecuada.
  • Póngale el chupete y muévalo en su boquita para que se ejercite la lengua y la acción de chupar.
  • Hablarle mucho al bebé desde el primer momento.
  • Póngale música para su estimulación auditiva y cognitiva.
  • Mírelo a los ojos y emita sílabas como “da da”, “ma ma”, etc.
  • Permita que personas de confianza cojan también al niñ@.
  • Colocar un objeto o juguete que le llame la atención a un lado del niñ@ para que quiera cogerlo e ir cambiándolo de lado.
  • Ayúdalo a incorporar su cabecita agarrándole por la nuca.
  • Cuando sea el momento de cambiarlo, fomenta que mueva libremente sus piernas y favorezca el movimiento de las mismas, hacia un lado y al otro.
  • Trate que siga con la mirada objetos que le gusten y le llamen la atención.
  • Dar masajitos por todo el cuerpo después del baño.
  • Hacer del baño un momento relajante, y divertido para él/ella y para los padres.
  • Colocar al bebé sobre una manta de felpa y diferentes texturas, el bebé debe estar en pañal para realizar este tipo de actividades.
  • Pasar por el cuerpo del bebé diferentes texturas como algodón, satín, una pluma, lana…
  • Poner al alcance del bebé diferentes peluches para que los manipule y explore.
  • Colocar las manitas del bebé sobre nuestra cara y que experimente nuestro rostro y la sensación de suavidad.
  • Sostener al bebé para que experimente con sus manos y pies: arroz, lentejas, arena…

Con este tipo de actividades fomentamos el desarrollo psicomotriz mediante la experimentación y exploración a través de los sentidos.

Recordar que la estimulación del bebé no es nunca la sobreestimulación, no debemos adelantarnos al momento motriz del niñ@, ya que esto podría causar un efecto contrario del que deseamos.

Nos gustaría resaltar antes de finalizar que es esencial para la adquisición del aprendizaje a través de la estimulación, la repetición de ejercicios. Para que el niñ@ aprenda algo no sólo tendrá que hacerlo sino repetirlo varias veces.

La curiosidad del pequeño es fundamental para el desarrollo y es importante no restringirle esos momentos de conocimiento si no existe peligro alguno. Es importante que explore el medio por sí mismo dentro de unas posibilidades sanas para el niñ@ y para los padres.

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